Podrán derivarse a arbitraje aquellos casos en los que las partes busquen únicamente una reparación monetaria, y que esta no supere los $25,000.

Un árbitro tiene, básicamente, la función de un juez, en el sentido de que toma una decisión (laudo) una vez finalizado el arbitraje. El arbitraje es, generalmente, un proceso menos formal que un litigio o juicio. Las reglas que rigen la presentación y admisión de pruebas son más relajadas y pueden ser limitadas. El arbitraje puede resultar útil cuando las partes no pueden llegar a un acuerdo y están dispuestas a aceptar la decisión de un árbitro. El árbitro puede ser elegido tanto por el tribunal como por las partes. Generalmente, el arbitraje cuesta $500 por medio día. Este gasto es compartido por las partes.